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Revista digital
Constitución porteña
02.03.2016

A 20 AÑOS DEL INICIO DE LA CONVENCION QUE APROBÓ LA CONSTITUCIÓN PORTEÑA

Por Dr. Carlos Corach
El 19 de julio de 2016 se cumplirán 20 años del inicio de la Convención porteña que creó la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En esa primera sesión, luego de entonar las estrofas del Himno Nacional, dieron los discursos de apertura el entonces Ministro del Interior Dr. Carlos Corach, en representación del P.E.N., y la Presidenta de la Convención Sra. Graciela Fernández Meijide.  Los siguientes, son los mejores fragmentos de ambas alocuciones:  

 

 

Ministro del Interior Dr. Carlos Corach:

 

“Sin duda es éste uno de los momen­tos más significativos de la historia de la Ciudad de Buenos Aires después de su fundación y su capitali­zación. Con justificadas esperanzas y una enorme expectativa los argentinos hemos resuelto hacer de esta ciudad un Estado autónomo con calidades propias. Es por eso trascendente para todos esta afirmación. La ciudad ya tiene un gobierno propio elegido, y en este recinto ustedes discutirán no sólo su perfil político sino también su destino”.

     

“En manos de ustedes está la organización institucional de una de las ciudades más grandes del mundo. El gobierno nacional y las provincias argentinas están orgullosos de ser hoy contemporá­neos de esta Asamblea, que sesionará para la histo­ria fundacional de nuestro país”.

     

“Señores convencionales: esta tarea de refunda­ción de la ciudad de Buenos Aires es un proceso largo y fecundo. La Convención Nacional Constitu­yente de 1994, cuando reformó la Constitución federal, ordenó la autonomía de la ciudad de Buenos Aires y la elección directa por el pueblo, de sus autoridades”.

     

“La reforma constitucional está dando frutos excepcionales que todavía no han sido definitiva­mente evaluados. Cuando todas las nuevas institu­ciones constitucionales y los nuevos derechos y garantías vayan encarnándose en normas y costum­bres, veremos con claridad que aquellas reformas, de las que muchos de ustedes fueron protagonistas, superan todas las coyunturas, se sobreponen a todas las urgencias. De hecho esta Asamblea es producto de esa reforma constitucional y de un maduro acuerdo entre partidos democráticos”.

“Quiero señalar hoy especialmente nuestro profundo reconocimiento a la madurez de los partidos democráticos argentinos que permitieron la reforma de la Constitución Nacional, posibilitando la autonomía de la ciudad de Buenos Aires que fue aprobada en la Convención Constituyente por los partidos allí representados, algunos de los cuales están también acá, como la Unión Cívica Radical, el Frepaso y el Justicialismo”.

     

“De estos notables partidos nacionales, de sus militantes, de sus afiliados, de sus dirigentes es obra esta Convención local. Para beneficio de la ciudad de Buenos Aires los porteños han elegido ya directa­mente y por su voluntad a su jefe de gobierno. Como siempre, debemos al electorado porteño unos comicios impecables y la prolija transición hacia un nuevo gobierno”.

     

“Todos sabemos que con ser mucho, muchísimo, la elección directa de un jefe de gobierno, es solo un paso en la reorganización de esta ciudad. Este hecho debe ser complementado ahora con la labor de esta Convención local que organizará el porvenir porteño y dará lugar a una larga serie de emprendimientos que requiere la ciudad de todos sus actores”.

     

“Buenos Aires, como todo gran complejo urbano, reclama un proceso de transformación completo y complejo, con la elección de las autoridades locales. Este proceso ha comenzado con la constitución de esta Asamblea. Estamos ante la instalación del ente nuevo, autónomo, de la ciudad de Buenos Aires”.

     

“La elección de convencionales, juntamente con la elección de su jefe de gobierno, fue el acto político más trascendente de este trayecto institucio­nal, equiparable con la sanción de la ley de capitalización de 1880. En ese acto los porteños firmaron su primer contrato social protagónico, pues en el anterior, la gestión protagónica le cabía a los poderes federales a través de un juego cruzado de jefaturas y delegaciones”.

     

“Esta Convención es la primera manifestación histórica contemporánea de la voluntad del pueblo organizado de la ciudad de Buenos Aires. El Estatu­to será la manera de poner la vida institucional de la ciudad en un documento supremo con relación a la legislación local que la Legislatura sancione en el futuro. Establecerá la forma de distribución del poder, racionalizará la administración de la ley, promoverá formas de organización urbanas de acuerdo con el mejor criterio de esta Convención”.

     

“La ciudad de Buenos Aires representa un trama­do muy complejo. Problemas como la coparticipa­ción, el transporte urbano, los servicios públicos, la ordenación del suelo, la salud, la educación, la contaminación, la regionalización y la distribución de nuevos roles políticos no se resumen en ninguna fórmula mágica”.

 

“La sociedad logrará una planifica­ción seria de estos puntos conflictivos a través de esta Asamblea, porque hay tres millones de habitan­tes que han animado con su voto la voluntad de una compleja megalópolis”.

     

“Como gobierno federal también tenemos el orgullo de pretender –como lo confirmará en algunas semanas la próxima gestión municipal– dejar a esta ciudad después de una administración eficiente”.

 

“Esto debe verse ahora no en el panorama inme­diato del gobierno de nuestra ciudad sino en el amplio contexto de un cambio genérico del estilo de gestión del Estado en todo el mundo moderno y también en la Argentina, donde desde 1983 hemos recuperado la democracia, llevando a cabo especial­mente un proceso transformador del Estado tradicional”.

 

“La gestión del Estado de derecho en una gran ciudad debe contemplar los sufrimientos de las personas en todos los sentidos: el agotamiento de los recursos, la contaminación del aire y de las aguas, el desarrollo desigual, los movimientos migratorios y las crisis habitacionales son problemas que todos los urbanistas señalan en las grandes urbes”.

     

“La marcha acelerada de la historia a causa del vertiginoso proceso científico y tecnológico nos ha inmerso en una época fascinante y a la vez tumul­tuosa.

Muchas veces –como dicen autores importan­tes– cuando encontramos una explicación a un problema, éste ya ha sido superado por otros más complejos. Esta vertiginosidad nos pone en el trance de tener que hacer en pocos años lo que antes demandaba muchas décadas. Es el proceso típico de la historia acelerada y comprimida. De hecho, en la Argentina hemos vivido en la última década un proceso que quizás a mitad del siglo nos hubiera llevado la otra mitad”.

     

“La pregunta actual es qué clase de ciudad queremos para el siglo XXI. Barcelona se preguntó esto hace más de diez años y fue el motor español de la integración europea”.

 

“El destino de Buenos Aires dependerá también, como de otros factores, del papel argentino en la región y de las asociacio­nes comerciales y políticas del porvenir. El Merco­sur pone en juego el rol central de las ciudades como motores del progreso, y así como Barcelona, París, Bonn y Roma abrieron un espacio económico europeo, Buenos Aires, Santiago, San Pablo y Río de Janeiro generarán seguramente uno propio. Para esto Buenos Aires debe reforzar su identidad regio­nal”.

     

“Buenos Aires participará así, como un Estado autónomo, de un espacio internacional privilegiado. No se nos escapa que con esta transformación autonómica avanzamos en una reorganización mayúscula de nuestra geografía política, que segura­mente estará en sintonía con la creación de regiones para el desarrollo económico y social, previsto también por el legislador constituyente en 1994, en el Artículo 124 de nuestra Constitución Nacional”.

 

“Después de cien largos años Buenos Aires y la Nación acordaron una estructura autonómica que afirma a tres millones de ciudadanos el derecho de elegir a sus autoridades y que gravita –como he dicho– sobre el desarrollo armónico de la región. Para ello la historia está llamando a la dirigencia de una Argentina nueva. Aquí se elaborarán las solu­ciones metropolitanas de fondo que es preciso plantear en esta hora, evitando las urgencias del inmediatismo para evaluar los resultados que afectan a esta porción de la población argentina”.

     

“Un proyecto tan ambicioso no puede sino ser considerado, como quería Alberdi, de acuerdo con la verdad de los hechos; y la verdad de los hechos dice que Buenos Aires no es la gran aldea ni la cosmópolis que se anexara los pueblos de Belgrano y de Flores, sino la megalópolis que comprende por lo menos muchas regiones diversas y desarrolladas de modo desigual”.

 

“La identidad porteña excede sus límites políticos actuales, porque no son solamente porteños los tres millones de personas que viven entre el Riachuelo y la avenida General Paz sino muchos otros que conviven quizás dentro de un perímetro mayor, que prácticamente son parte del mismo conglomerado urbano. Por eso la actividad de esta Asamblea no será meramente local; tendrá un impacto directo sobre la enorme franja fronteriza que rodea la ciudad”.

     

“Aquí, en Buenos Aires y sus áreas fronterizas, radica casi el 40 por ciento de la población argenti­na, más del 60 por ciento de la producción industrial del país, el 75 por ciento de las curtiembres, el 70 por ciento de la industria frigorífica y molinera y el 80 por ciento de diversas producciones fabriles”.

     

“Si vemos esta ciudad en relación con su impacto sobre los tres cordones bonaerenses periféricos, encontraremos un conglomerado económico, indus­trial, poblacional, urbanístico y geográfico impac­tante que debe integrarse bajo políticas coordinadas y mancomunadas, sin desmedro del equilibrio regional y nacional, proponiendo límites laxos a causa del alto índice de la tasa del crecimiento poblacional periférico”.

     

“Por esta razón, se hace imprescindible una integración viable y sustentable que resuelva los problemas de la ciudad de Buenos Aires y del enorme y complejo conurbano, que debe desahogar­se para racionalizar su desarrollo armónico y la racionalización de límites que hoy a veces ya son meramente formales”.

     

“Históricamente esta región fue pensada desde la fundación de Buenos Aires. En efecto, Juan de Garay informó, ante la consigna de fundar un puerto de mar, que había encontrado un sitio de singulares características sobre la margen derecha del estuario del Río de la Plata como puerta al sistema de la cuenca”.

     

“Hace más de cuatro siglos ese fundador caracte­rizó a esa zona como una unidad parte de un siste­ma. De esta forma, Buenos Aires no es la primera fundación del actual territorio argentino. En reali­dad, merced a un proceso histórico que fue agran­dando sus límites, una de sus últimas manifestacio­nes ha sido la incorporación de las zonas limítrofes que he señalado anteriormente”.

     

“Durante la colonia y la independencia la ligación entre Buenos Aires y el país se hizo cada vez más compleja y contradictoria. Nuestra historia, sus luchas y las guerras civiles que llegan hasta 1880 ilustran esta relación”.

 

“La Argentina moderna expresó este proceso en su estructura territorial y en la convergencia de su infraestructura sobre el puerto. Esto se manifestó especialmente en el modo de construcción del territorio nacional”.

     

“La reorganización de Buenos Aires como una ciudad autónoma a través de esta Convención se inscribe en esta misma línea: que los hechos no se sobrepongan a nuestras intenciones, que podamos superar la coyuntura, que podamos pensar entre todos la ciudad del futuro con visión generosa más allá de intereses sectarios o políticos”.

     

“Estoy seguro de que esta Asamblea impondrá la voluntad política del pueblo de la ciudad de Buenos Aires para generar hechos auspiciosos nuevos”.

 

“Todos esperamos de esta Convención las mejo­res ideas de los mejores hombres y mujeres de la dirigencia política porteña. Sabemos que el esfuerzo comprometido por ustedes dará frutos maduros seguramente muy pronto”.

 

“El pueblo de Buenos Aires se encuentra esperando las decisiones de esta Convención”.

 

“Quiero señalar que quizás el entusiasmo de los vecinos por la autonomía crezca en la medida de la eficiencia de las deliberaciones y de la eficiencia del futuro gobierno autónomo de la ciudad de Buenos Aires”.

     

“Quiero terminar con dos versos de una poesía de un gran escritor argentino que a mi juicio simboliza el arquetipo de las contradicciones y las esencias de Buenos Aires, Jorge Luis Borges, quien finaliza la Historia mítica de la fundación de Buenos Aires diciendo: “A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires, la juzgo tan eterna como el agua y el aire”.